En Cambrils hay varios parques con mucha historia y encanto, cada uno con su propio estilo y ambiente.
El primer parque de la ciudad se construyó como homenaje a los pescadores, y está justo al lado del puerto, frente a la playa. Es un lugar muy concurrido tanto por turistas como por vecinos, ya que su ubicación es perfecta. Ocupa unos 5.000 metros cuadrados y tiene un diseño curioso: la parte sur está inspirada en un jardín mediterráneo y la zona central tiene un aire más tropical.
Dentro hay tres áreas de juegos para niños, un escenario donde se celebran conciertos y fiestas, además de vestuarios y un bar. Lo más especial quizá sea su rincón más tranquilo: un estanque rodeado de eucaliptos, ideal para relajarse un rato
Otro espacio muy popular es el Parc del Pinaret, el más grande y también el más reciente de Cambrils, con unas 4,5 hectáreas. Está dividido en cuatro partes muy distintas. Por un lado, una plaza pavimentada con graderío y una gran pérgola fotovoltaica que da sombra y a la vez genera energía.
También tiene un aula verde que reproduce un pequeño campo agrícola, pensada para aprender sobre plantas autóctonas. No falta una zona de bosque con mesas de picnic y caminos para pasear, perfecta para pasar el día al aire libre. Y, como no, un área infantil con juegos y un espacio de educación vial para que los más pequeños aprendan mientras se divierten.
A solo 4 km de Cambrils, en dirección a Montbrió, se encuentra el Parc Samà, un auténtico tesoro. Es un jardín histórico declarado Bien Cultural de Interés Nacional e incluido en las rutas europeas de jardines históricos. Fue creado por una familia que había vivido en Cuba y que quiso traer a esta zona un pedacito del ambiente exótico de la isla.
Por eso, al pasear por allí se nota un aire romántico y colonial. Su diseño combina caminos arbolados, espacios abiertos y elementos arquitectónicos destacados. En el centro destacan la casa y un gran lago, rodeados de una increíble variedad de plantas y árboles que convierten el parque en un lugar único para perderse y admirar la naturaleza.