Así conocimos algunos de los los lugares que hacen de Cambrils un «cycling paradise»

No es cuestión de irse lejos en el mapa que, a veces, puede engañar, y sí de dar un paso un poco más allá para comprobar que el claim de «Cambrils Cycling Paradise» es una gran verdad.

Tres días de trabajo sobre el territorio, creando contenido que irá viendo la luz poco a poco fueron suficientes darnos cuenta de la diversidad y de la centralidad de Cambrils como puerta de entrada a muchas de las maravillas ciclistas de la Costa Daurada, algunas muy conocidas, pero otras sinceramente una sorpresa que supera expectativas.

Nos lo dijo una ciclista canadiense, estos días de octubre por la zona, ávida por saber si lo que le decían de Cambrils era cierto o no.

Salieron esa mañana en dirección Tarragona, pero ya conocían otros lugares, más al interior, sorpresas en forma de experiencia inolvidable.

Admitió que el global había superado sus expectativas.

Aquí nace el claim «Cambrils Cycling Paradise»

Nosotros tuvimos ocasión de comprobarlo, en escasos 50 kilómetros a la redonda, Cambrils le sirve en bandeja al ciclista lugares que dejan huella en el alma y buen esfuerzo en las piernas.

Subiendo por Riudecanyes y Duesaigües, entramos en el eterno Priorat, con sus cuestas continuas, seguidas de suaves bajadas, entre viñas, bodegas, tractores y el frontal rocoso Montsant como férreo vigía de la marcha.

Sitios con escaso tráfico y el que hay respetuoso y paciente con el ciclista, un premio en forma de paisaje para el corredor, antes durante y después, cuando acaba la marcha en alguna de sus bodegas.

Es la recompensa a una salida llena de matices, de mar y montaña, de encontrar lo inesperado y volver a casa, de donde saliste, desde Cambrils, a donde muchas personas acaban yendo año tras año, tanto tiempo después.

En Cambrils, el entorno se hace amigable al ciclista, con un paseo marítimo que te mete en medio del mar a lomos de una bicicleta, abriendo la posibilidad de conocer todo lo bueno y mejor que tiene el pueblo.

Un recorrido paralelo a sus playas, por un carril bici segregado y tranquilo, o por la ciutat vella, llena de pequeñas callejuelas, arcos e intimidad, sin obviar el puerto y sus comercios.

 

Nosotros lo vimos, lo comprobamos, todo en Cambrils es viento de cola para el ciclista, entrando en sus rincones, tomando café en sus terrazas, un buen desayuno antes de salir y disfrutar de una tarde con amigos, repasando los frutos de nuestro trabajo para rubricar eso que dice el lema: «Cambrils Cycling Paradise«.

Se vienen cositas…

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  • Descubrir la Sierra de Prades en bicicleta es una de esas experiencias que se quedan grabadas. Pedalear por sus carreteras y caminos tranquilos permite sentir de búsqueda la naturaleza, el silencio y la historia que envuelven cada rincón.

    En el corazón de la sierra se encuentra el municipio de Prades , un lugar con encanto y alma de montaña, donde el tiempo parece ir a otro ritmo y donde cada curva invita a parar, mirar y respirar.

    A tan sólo 35 kilómetros de Cambrils , el ascenso hasta Prades es ya una aventura para los ciclistas: una ruta clásica que combina tramos de costa y montaña, con paisajes que cambian a cada pedaleo.

    Salas de Cambrils, y poco a poco la carretera va ganando altura, con paisajes increíbles sobre el municipio y su línea de costa, demostrando que aquí mar y montaña conviven en una estrecha línea.

    Desde este punto central se despliegan decenas de recorridos para todos los niveles: suaves paseos entre bosques de pasadores y encinas, ascensos exigentes que recompensan con vistas espectaculares, y rutas que enlazan con lugares tan emblemáticos como La Mussara , un balcón natural sobre el Campo de Tarragona que fascina a todo ciclista que lega hasta allí.

    Las carreteras de la sierra conectan también con el Priorat , un territorio de viñedos y pequeños pueblos de piedra que parecen pintados a mando.

    Allí, el paisaje se vuelve más suave y los colores cambian con las estaciones, ofreciendo un contraste perfecto para quienes buscan una jornada completa sobre dos ruedas.

    El ciclismo en la Sierra de Prades no es sólo deporte: es una forma de descubrir, disfrutar y conectar con un entorno auténtico.

    Cada ruta es una nueva historia que se escribe al ritmo del pedaleo.

  • En Cambrils hay varios parques con mucha historia y encanto, cada uno con su propio estilo y ambiente.

    El primer parque de la ciudad se construyó como homenaje a los pescadores , y está justo al lado del puerto, frente a la playa. Es un lugar muy concurrido tanto por turistas como por vecinos, ya que su ubicación es perfecta. Ocupa unos 5.000 metros cuadrados y tiene un diseño curioso: su parte sur está inspirada en un jardín mediterráneo y la zona central tiene un aire más tropical.

    Dentro hay tres áreas de juegos para niños, un escenario en el que se celebran conciertos y fiestas, además de vestuarios y un bar. Lo más especial quizá sea su rincón más tranquilo: un estanque rodeado de eucaliptos, ideal para relajarse un ratón

    Otro espacio muy popular es el Parque del Pinaret , el más grande y también el más reciente de Cambrils, con unas 4,5 hectáreas. Está dividido en cuatro partes muy distinguidas. Por un lado, una plaza pavimentada con graderío y una gran pérgola fotovoltaica que da sombra ya la vez genera energía.

    También tiene un aula verde que reproduce un pequeño campo agrícola, pensada para aprender sobre plantas autóctonas. No falta una zona de bosque con mesas de picnic y caminos para pasear, perfecta para pasar el dia al aire libre. Y, como no, una área infantil con juegos y un espacio de educación vial para que los más pequeños aprendan mientras se diverten.

    A solo 4 km de Cambrils, en dirección a Montbrió, se encuentra el Parque Samà, un auténtico tesoro . Es un jardín histórico declarado Bien Cultural de Interés Nacional e incluido en las rutas europeas de jardines históricos. Fue creado por una familia que había vivido en Cuba y que quiso sacar a esta zona un pedacito del ambiente exótico de la isla.

    Por eso, al pasear por allí se nota un aire romántico y colonial. Su diseño combina caminos arbolados, espacios abiertos y elementos arquitectónicos destacados. En el centro destacan la casa y un gran lago, rodeados de una increíble variedad de plantas y árboles que convierten al parque en un lugar único para perderse y admirar la naturaleza.

  • Todos los sitios importantes de Cambrils están «a golpe de bicicleta»…

    Cambrils es un lugar para descubrir sobre dos ruedas . Con 23 kilómetros de carriles bici que recorren toda la ciudad y conectan la costa con el casco urbano, solo tienes que subirte a la bici y dejar que la brisa mediterránea te acompañe. Ya sea solo, en pareja o con los más pequeños, aquí moverse es fácil, seguro y divertido.

    Puedes empezar tu ruta pedaleando hacia el Parque Samà , un jardín histórico rodeado de olivos y almendros que parece sacado de un cuento. Entre grutas, pasarelas y un lago lleno de patos, tortugas y aves exóticas, cada rincón invita a detenerse y disfrutar. Para los más curiosos, hay un laberinto y un pequeño museo de vino y aceite, ideales para explorar sin prisas.

    De vuelta a la ciudad, el barrio antiguo te espera con sus calles estrechas, plazas acogedoras y comercios donde probar las delicias locales. Los balcones llenos de flores y los edificios singulares crean un ambiente pintoresco que merece una foto divertida en cada espalda.

    Siguiendo el carril bici hacia la costa, llegarás al puerto de Cambrils , donde puedes ver la llegada de los barcos de pesca, curiosear en la lonja y descubrir el pescado más fresco. Mientras pedaleas, los niños pueden jugar a descubrir la vida del Mediterráneo y todos disfrutar del atardecer con el mar de fondo.

    Si quieres un descanso, la ciudad cuenta con parques como el parque del Pinaret y el parque del Pescador , con zonas verdes, juegos infantiles y espacios para relajarse. Son perfectos para recargar energía antes de seguir explorando.

    Cambrils también tiene historia que descubrir: la Villa Romana de la Llosa y varios museos están al alcance de la bici, permitiéndote combinar deporte, cultura y diversión en un mismo día.

    Moverse en bicicleta por Cambrils es la forma más divertida de vivir la ciudad. Aparca el coche, sube a ti bici y deja que cada pedalada te levante a descubrir nuevos racones, degustar sabores locales y pasar momentos inolvidables en familia o con amigos. Y si no tienes bici propia, no te preocupes: hay varios puntos de alquiler por toda la ciudad.

    Aquí, pedalear no es sólo transporte: es la manera más saludable y divertida de enamorarse de Cambrils, disfrutando de sus parques, calles, historia y, sobre todo, del aire mediterráneo.