• No podíamos dejar pasar en este rincón de ciclismo en Cambrils, el recuerdo para un hombre de ciclismo como Jordi Mariné que nos dejó este pasado fin de semana.

    Y es que Jordi Mariné Tarés, nacido en Vinyols (Baix Camp) el 24 de septiembre de 1941, fue un ciclista destacado y un influyente dirigente deportivo. Comenzó su carrera ciclista en el club Reus Ploms-Derbi.

    Durante su etapa como amateur, logró importantes éxitos, como el subcampeonato de España en 1960 y el campeonato de Cataluña en diversas modalidades, incluyendo la montaña en 1962 y el fondo en 1964. También fue campeón de Cataluña en la categoría de principiantes en 1960.

    Además, participó en tres Mundiales de ruta (1962, 1964, 1965) y formó parte del equipo que representó a España en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964.

    Jordi Mariné en la carretera

    A partir de 1966, Jordi Mariné dio el salto a la categoría profesional, donde compitió hasta 1970. Formó parte de diferentes equipos destacados como Fagor, Kas, Pepsi Cola y La Casera. Obtuvo varias victorias y logros importantes a lo largo de su carrera profesional. Entre sus triunfos más relevantes se encuentran el Campeonato de España por regiones (1968), el Gran Premio de la Montaña de la Semana Catalana (1969) y las metas volantes en diversas vueltas a Cataluña, Levante, La Rioja, Mallorca y la Semana Catalana.

    Además, ganó etapas importantes en competiciones como la Midi Libre (1967) y la Vuelta a Castellón (1969).

    Mariné también participó en el Tour de Francia de 1967 y en dos Mundiales (1969, 1970), consolidándose como un ciclista de gran nivel internacional.

    Diari de Tarragona

    Jordi Mariné en los despachos

    Tras su retirada del ciclismo profesional, Mariné continuó su carrera en el ámbito deportivo como dirigente. Fue vocal (1969-71) y posteriormente director deportivo (1971-74) de la Federación Española de Ciclismo.

    Fundó la Peña Cicloturista de Cambrils en 1974, una iniciativa para promover el cicloturismo y el deporte base.

    Más tarde, fue presidente de la Federación Catalana de Ciclismo entre 2000 y 2004, y vicepresidente de la Federación Española de Ciclismo entre 2000 y 2003, donde siguió realizando una gran labor para el desarrollo de este deporte.

    A lo largo de su trayectoria recibió reconocimientos y distinciones por su contribución al ciclismo. Recibió la medalla al mérito deportivo del Consejo Superior de Deportes (1995), la insignia de oro y brillantes de la Federación Española de Ciclismo (2006) y la placa de honor de la Federación Catalana de Ciclismo (2006), destacando su influencia y dedicación en el mundo del ciclismo.

    Un abrazo a sus familiares, amigos y gente del ciclismo que pudieron conocer a esta excelente persona.

    DEP Jordi.

    Imagen principal: RosanaAndreu

  • El casco antiguo, la Vila, de Cambrils es uno de los rincones más tranquilos y desconocidos del municipio, que se conoce principalmente por sus hermosas playas y su puerto pesquero.

    Quizá por eso, por no estar cerca de la fachada marítima, mucha gente desconoce este pequeño laberinto de calles estrechas y empedradas, llenas de plantas y rincones únicos que descubren la historia y el encanto del municipio, que se esconde al otro lado de las vías del tren.

    La mejor manera de explorar este lugar es acercarse en bicicleta o pasar de vuelta de una ruta.

    El corazón de este barrio es la Plaça de la Vila, un espacio encantador que solía ser la sede del Ayuntamiento. Aquí, el ritmo de vida es mucho más relajado, con vecinas charlando mientras hacen sus compras y niños jugando por las calles.

    Desde aquí, uno puede adentrarse en las calles empedradas y descubrir lugares como la calle de las flores, que se caracteriza por la gran cantidad de plantas y flores que decoran el lugar, creando una atmósfera pintoresca. Pero lo más destacado de este barrio es la historia que se encuentra escondida en sus muros.

    Las antiguas murallas de Cambrils, que datan de la época de la Guerra dels Segadors y otros conflictos, aún se conservan, como la Torre y el Arc del Setge. Estos monumentos nos cuentan historias de asedios y ataques que marcaron la historia del lugar.

    Uno de los momentos más trágicos de esta historia es recordado en la Plaza del Setge, donde se erige un monumento en honor a los caídos en la batalla de 1640, durante la Guerra dels Segadors, en la que más de 700 soldados fueron ejecutados.

    En este paseo por el pasado, también se puede visitar la Ermita de la Mare de Déu del Camí, construida en 1214 y que tiene una torre de vigilancia desde donde se pueden disfrutar de vistas impresionantes del pueblo.

    Esta ermita, de estilo renacentista, guarda una sorpresa para los más valientes: subir los 80 escalones de la torre para admirar el panorama.

    Como veis, e casco antiguo de Cambrils es un lugar ideal para perderse, alejarse del bullicio turístico y descubrir una cara diferente de este encantador municipio, cargado de historia, cultura y belleza.

  • Reimund Dietzen sigue saliendo en bicicleta, unas dos o tres veces a la semana. También corre a pie y tanto tiempo después, sigue disfrutando de su pasión por el deporte, volviendo cada poco a montar en bici a Cambrils y la Costa Daurada, incluso después de dejar el ciclismo de forma prematura, a causa de una caída de la que hablaremos más adelante.

    Sin embargo él nunca se ha ido de la Costa Daurada. Vive en Mont Roig del Camp, cerca de Cambrils, y disfruta muchísimo de la zona.

    « Cuando era ciclista, entrenaba mucho por aquí. Conocía bien el terreno y los sitios para salir en bici. Es una zona preciosa, con buenas carreteras, poco tráfico y un paisaje ideal« , comenta sobre Cambrils y sus alrededores.

    Prades, Priorat, Musara… y siempre les contaba las maravillas de la zona a los ciclistas alemanes: « Fui el primero en traerlos de forma organizada a Cambrils. Estaban acostumbrados a ir a Mallorca, que es muy bonita, pero con más tráfico. Aquí, cuando cruzas los primeros pueblos, pasan minutos y minutos sin ver un coche. Puedes entrenar tranquilo, relajarte, tomarte un café y disfrutar de la vida« .

    « Hay muchas rutas, puedes subir a la Teixeta, por Prades, Montblanc… todo es una maravilla, y puedes bajar hasta el Ebro« , sigue contando.

    Solo traía a alemanes, y se mostraban « encantados, les gustaba todo. Muchos siguen viniendo con sus bicis y, por la tarde, se van a la playa« .

    Uno de esos ídolos de los años 80

    Pero la historia de Reimund Dietzen en España viene de lejos, de hace más de 40 años. « Siempre me he sentido muy bien aquí, como en casa. Empecé en el ciclismo cuando era muy joven, salía en bici y me puse en contacto con un club. Poco a poco fui creciendo, ganando experiencia y victorias« , nos cuenta.

    Y claro, acabaría corriendo en España, en el equipo Teka: « En mi primer año como profesional competí en Suiza, pero me sentía muy cómodo en las carreras de España, como la Vuelta a Valencia o la Vuelta a España. Teka quería fichar a un ciclista alemán, investigaron un poco y les sugirieron mi nombre. En Alemania no había tantos ciclistas profesionales« .

    Teka vendía tanto en España como en Alemania, y « para ellos tener a un ciclista como yo era interesante« . Alemania tenía ciclistas, pero no grandes nombres.

    Hablamos de 1983, cuando llega a Teka: « Me gustaba competir en España, por el tipo de carreras, con bastante montaña, y por el público, la gente que nos iba a ver« .

    En Teka, pasó toda la década de los 80, con ellos subió al podio de la Vuelta a España tres veces: dos segundos y una tercero. Solo le faltó ganar, pero « no tuve la suerte ni fuerzas necesarias frente a Lucho Herrera y Sean Kelly« .

    A los 30 años, tuvo que dejar el ciclismo

    « Mis recuerdos de esos años son muy buenos. Tuve la suerte de estar en un buen equipo y con muchos amigos. El Tour no se me dio bien, porque competir en dos grandes vueltas no era fácil, además corríamos muchas carreras desde febrero hasta octubre. No podía descansar lo suficiente para preparar el Tour como quería ».

    « Hoy, la gente compite en 60 carreras, a mí me tocaban unas 115 al año. Fue una época muy bonita, aunque no era todo tan perfecto en cuanto a organización, pero tenía un toque muy familiar » rememora, al igual que su caída en el el Túnel del Cotefablo, durante la Vuelta de 1989.

    « Son recuerdos malos, no deberíamos haber pasado por ese túnel tan largo y poco iluminado. Hoy, el ciclismo es mucho más seguro gracias a esas experiencias. Además, yo no llevaba casco, lo que complicó mucho las cosas« .

    Hoy Reimund Dietzen es bien recordado por la gente que seguía ciclismo en los 80 y por todos aquellos que han viajado con él a Cambrils, la suya fue una carrera de pionero, trayendo ciclismo a estas tierras mucho antes que lo hicieran otros.

     

  • No podíamos dejar pasar en este rincón de ciclismo en Cambrils, el recuerdo para un hombre de ciclismo como Jordi Mariné que nos dejó este pasado fin de semana.

    Y es que Jordi Mariné Tarés, nacido en Vinyols (Baix Camp) el 24 de septiembre de 1941, fue un ciclista destacado y un influyente dirigente deportivo. Comenzó su carrera ciclista en el club Reus Ploms-Derbi.

    Durante su etapa como amateur, logró importantes éxitos, como el subcampeonato de España en 1960 y el campeonato de Cataluña en diversas modalidades, incluyendo la montaña en 1962 y el fondo en 1964. También fue campeón de Cataluña en la categoría de principiantes en 1960.

    Además, participó en tres Mundiales de ruta (1962, 1964, 1965) y formó parte del equipo que representó a España en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964.

    Jordi Mariné en la carretera

    A partir de 1966, Jordi Mariné dio el salto a la categoría profesional, donde compitió hasta 1970. Formó parte de diferentes equipos destacados como Fagor, Kas, Pepsi Cola y La Casera. Obtuvo varias victorias y logros importantes a lo largo de su carrera profesional. Entre sus triunfos más relevantes se encuentran el Campeonato de España por regiones (1968), el Gran Premio de la Montaña de la Semana Catalana (1969) y las metas volantes en diversas vueltas a Cataluña, Levante, La Rioja, Mallorca y la Semana Catalana.

    Además, ganó etapas importantes en competiciones como la Midi Libre (1967) y la Vuelta a Castellón (1969).

    Mariné también participó en el Tour de Francia de 1967 y en dos Mundiales (1969, 1970), consolidándose como un ciclista de gran nivel internacional.

    Diari de Tarragona

    Jordi Mariné en los despachos

    Tras su retirada del ciclismo profesional, Mariné continuó su carrera en el ámbito deportivo como dirigente. Fue vocal (1969-71) y posteriormente director deportivo (1971-74) de la Federación Española de Ciclismo.

    Fundó la Peña Cicloturista de Cambrils en 1974, una iniciativa para promover el cicloturismo y el deporte base.

    Más tarde, fue presidente de la Federación Catalana de Ciclismo entre 2000 y 2004, y vicepresidente de la Federación Española de Ciclismo entre 2000 y 2003, donde siguió realizando una gran labor para el desarrollo de este deporte.

    A lo largo de su trayectoria recibió reconocimientos y distinciones por su contribución al ciclismo. Recibió la medalla al mérito deportivo del Consejo Superior de Deportes (1995), la insignia de oro y brillantes de la Federación Española de Ciclismo (2006) y la placa de honor de la Federación Catalana de Ciclismo (2006), destacando su influencia y dedicación en el mundo del ciclismo.

    Un abrazo a sus familiares, amigos y gente del ciclismo que pudieron conocer a esta excelente persona.

    DEP Jordi.

    Imagen principal: RosanaAndreu

  • El casco antiguo, la Vila, de Cambrils es uno de los rincones más tranquilos y desconocidos del municipio, que se conoce principalmente por sus hermosas playas y su puerto pesquero.

    Quizá por eso, por no estar cerca de la fachada marítima, mucha gente desconoce este pequeño laberinto de calles estrechas y empedradas, llenas de plantas y rincones únicos que descubren la historia y el encanto del municipio, que se esconde al otro lado de las vías del tren.

    La mejor manera de explorar este lugar es acercarse en bicicleta o pasar de vuelta de una ruta.

    El corazón de este barrio es la Plaça de la Vila, un espacio encantador que solía ser la sede del Ayuntamiento. Aquí, el ritmo de vida es mucho más relajado, con vecinas charlando mientras hacen sus compras y niños jugando por las calles.

    Desde aquí, uno puede adentrarse en las calles empedradas y descubrir lugares como la calle de las flores, que se caracteriza por la gran cantidad de plantas y flores que decoran el lugar, creando una atmósfera pintoresca. Pero lo más destacado de este barrio es la historia que se encuentra escondida en sus muros.

    Las antiguas murallas de Cambrils, que datan de la época de la Guerra dels Segadors y otros conflictos, aún se conservan, como la Torre y el Arc del Setge. Estos monumentos nos cuentan historias de asedios y ataques que marcaron la historia del lugar.

    Uno de los momentos más trágicos de esta historia es recordado en la Plaza del Setge, donde se erige un monumento en honor a los caídos en la batalla de 1640, durante la Guerra dels Segadors, en la que más de 700 soldados fueron ejecutados.

    En este paseo por el pasado, también se puede visitar la Ermita de la Mare de Déu del Camí, construida en 1214 y que tiene una torre de vigilancia desde donde se pueden disfrutar de vistas impresionantes del pueblo.

    Esta ermita, de estilo renacentista, guarda una sorpresa para los más valientes: subir los 80 escalones de la torre para admirar el panorama.

    Como veis, e casco antiguo de Cambrils es un lugar ideal para perderse, alejarse del bullicio turístico y descubrir una cara diferente de este encantador municipio, cargado de historia, cultura y belleza.

  • El ciclismo se identifica con el verano, pero el invierno también está para pedalear.

    Eso de que las bicis son para el verano ya es historia, no hagáis caso. Hoy en día, el ciclismo no entiende de estaciones, y si te pica el gusanillo, dura todo el año. Tiene sentido, ¿no? Los inviernos ya no son tan duros como antes, hay más modalidades para elegir y el equipamiento actual te permite salir incluso en días que antes ni te lo planteabas.

    ¿Qué hacer en invierno si eres ciclista?

    Muchos aprovechan el invierno para variar: gimnasio, correr o caminar por la montaña., cosa muy recomendable.

    Pero si eres de los que no suelta la bici ni en pleno enero, hay cosas que puedes hacer para mejorar. Por ejemplo:

    • Ajusta tu postura. Invierte en un estudio biomecánico. Es el momento perfecto para afinar detalles como la cadencia o la posición.
    • Salidas más cortas y llanas. Nada de grandes subidas en pleno frío. Mejor rutas sencillas que te ayuden a trabajar la técnica y mantenerte activo. Además, evitarás sudar demasiado y luego congelarte en las bajadas.

    ¿Carretera o montaña?

    Si el día está frío y ventoso, quizá sea momento de probar la BTT. Menos velocidad, más resguardo ente bosques, y ¡sigue siendo ciclismo!. Eso sí, olvídate de salir temprano cuando hay niebla, heladas o temperaturas gélidas. El riesgo no compensa: manos congeladas, curvas resbaladizas… Mejor salir a media mañana, cuando el sol caliente lo que pueda.

    ¡Adiós a las barritas aburridas!

    En invierno, lo mejor es salir del tirón, sin paradas para café. Por eso, desayuna bien en casa. Y si estás harto de las barritas, prueba algo diferente: un trozo de turrón duro, frutos secos o dátiles. Con frío, no harás salidas tan largas, así que un buen desayuno es clave.

    Abrígate, pero con cabeza

    Hay tres zonas que necesitan extra protección: orejas, manos y pies. Si se enfrían, la experiencia puede ser un desastre. Usa guantes, gorros o bandas para las orejas y buenos cubrebotas. Y al volver a casa, no te olvides de estirar para evitar problemas musculares.

    ¿Vas a competir?

    Si tienes una carrera de ciclocross, calienta bien antes de empezar. Media hora de calentamiento y cremas mentoladas pueden marcar la diferencia. Llevar un bidón con té caliente tampoco es mala idea para combatir el frío.

    Ropa ideal según el frío

    Cambrils se identifica con esos inviernos mediterráneos, es decir más suaves en las horas centrales del día. En es caso usad ropa transpirable y capas que puedas quitar o poner según cambie la temperatura. Un chaleco siempre será un acierto, y no olvides una bandana o perneras.

    Otra cosa es que queráis tomar ruta montaña arriba, entonces valorad más capas.

    ¿Lluvia o nieve inesperadas?

    Lleva siempre un impermeable ligero como el por si las moscas, no ocupa espacio y te salvará de un apuro si empieza a llover. Para temperaturas más bajas, mejor chaquetas específicas como Envy, EXO o Armour.
    Para acabar…

    El invierno no tiene por qué ser un enemigo del ciclismo. Con las prendas adecuadas, buenos hábitos y algo de planificación, puedes disfrutar de tu bici los 365 días del año. ¡A pedalear se ha dicho! 🚴‍♂️

  • No muy lejos del entorno urbano de Cambrils, el Parc Samà es el último testigo de la población cuando los ciclistas salen hacia el interior. Su torre, asomada a la salida de una rotonda y su muro modernista atraen la mirada de los ciclistas que salen a descubrir las rutas de las montañas que se ven desde Cambrils.

    Se trata de un lugar de gran valor histórico, paisajístico y cultural que combina la belleza de la naturaleza con el romanticismo de la arquitectura del siglo XIX. Este emblemático parque es un claro ejemplo del movimiento romántico que influyó en la jardinería y la arquitectura de aquellos, siendo ahora un testimonio vivo de la historia y un atractivo turístico de gran relevancia en la región de la Costa Daurada.

    Una visión romántica del paisaje

    El Parc Samà fue concebido en 1881 por Salvador Samà i Torrents, marqués de Marianao, un aristócrata catalán que, tras pasar por Cuba, decidió construir un espacio que reflejara mundo que vio en ultramar.

    Para ello contó Josep Fontserè i Mestre, arquitecto catalán y mentor de Antoni Gaudí, quien era reconocido por su trabajo en espacios públicos como el Parc de la Ciutadella en Barcelona.

    El marqués deseaba crear un jardín romántico que evocara la nostalgia de Cuba y que, al mismo tiempo, sirviera como un refugio de paz y belleza para la nobleza catalana. Así nació este espacio único, que mezcla elementos botánicos exóticos, arquitectura neoclásica y rincones inspirados en los jardines coloniales.

    El Parc Samà, hoy

    Aunque en su origen, el Parc Samà fue un símbolo de estatus y un lugar de recreo para la alta sociedad, en la actualidad es un espacio para todos cuyos jardines fueron diseñados para ofrecer una experiencia sensorial, con senderos serpenteantes, estanques artificiales, cascadas, puentes y una gran variedad de especies botánicas exóticas traídas de América y Asia.

    Entre sus elementos arquitectónicos destacan esa Torre Mirador que se ve desde la ruta, el Palacio de estilo colonial y una gruta artificial, todos ellos pensados para sorprender y deleitar a los visitantes.

    Durante el siglo XX, el parque vivió un vaivén de incidencias, acuciadas por la Guerra Civil Española. Todo ello afectó a su conversación, sin embargo la belleza que emana en ellugar y su relevancia histórica impulsaron diversos proyectos de restauración, especialmente en las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI, con el objetivo de devolverle su antiguo esplendor.

    Así las cosas, el Parc Samà es actualmente un espacio abierto al público que combina turismo, educación y conservación medioambiental, siendo considerado un Jardín Histórico Artístico y forma parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cataluña.

    El parque alberga una rica biodiversidad, con un millar largo especies vegetales y una fauna que incluye pavos reales, ciervos, cisnes y aves exóticas, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza.

    Además, se ha convertido en un escenario popular para actividades culturales, conciertos, exposiciones y eventos privados, como bodas y sesiones fotográficas.

    Cuando vuestra ruta os conduzca hacia Montbrió del Camp, el Parc Samà seguro que reclamará vuestra mirada unos segundos, su singularidad bien lo merece.

  • Viaje a los colores de un otoño de ciclismo en Cambrils

    Días más cortos, luz plana y temperaturas suaves, el ciclismo en otoño significa sorpresa para el amante de la bicicleta, pues se encuentra paisajes en plena transformación que mudan de hoja y con ella de colores.

    En esos trayectos te invitamos a descubrir maravillas cercanas a Cambrils, que no necesariamente implican un gran estado de forma, pues a estas alturas de la temporada, mucha gente ya no quiere hacer muchos kilómetros y lo que pretende es disfrutar en la bicicleta.

    Ahí van tres sugerencias…

    En dirección del Delta de l´Ebre

    Paraje natural singular pero también un entorno perfecto para disfrutar de la bicicleta. Desde Cambrils al Delta de l´Ebre tenemos unos 71 kilómetros paralelos a la costa que podéis tomaros en varias etapas, pues varios municipios aparecen por el camino, municipios que pueden marcar el punto más lejano de la salida, antes de emprender la vuelta a Cambrils.

    En el camino atravesaréis pueblos plenamente marineros, integrados en el paisaje de la Costa Daurada. L´ Hospitalet de l´Infant es el primero en el kilómetro 15, luego viene L´ Atmella de Mar ya en el 35 siendo L´Ampolla el punto que marca el acceso al Delta de l´Ebre, en el kilómetro 51.

    El recorrido es por la antigua nacional 340 y recomendable hacerlo en los días que el viento no sople fuerte, porque en ese caso mejor tomar ruta al norte, hacia Tarragona y algún tramo hacia el interior a partir de Constantí.

    Una ruta circular hacia La Mussara

    Con una presencia imponente ya desde la misma línea de costa, la Mussara es sin duda un emplazamiento perfecto para estos días, saliendo a una buena hora de la mañana y volviendo para el almuerzo.

    El recorrido es de poco menos de 100 kilómetros y tiene su miga. De inicio empezarás a ganar metros antes de cruzar La Selva del Camp y afrontar la subida final hasta la Serra de La Mussara.

    Rozando los 1000 metros de altitud, la carretera te reserva unas vistas increíbles de toda la línea de costa, con Cambrils abajo, en una especie de altiplano que pasa por el antiguo recinto miliar de Castillejos. Los últimos 35 kilómetros son en descenso.

    El recorrido de las tres comarcas

    Desde Cambrils tienes la opción de tomar la carretera dirección Tarragona, cruzar la ciudad hasta La Secuita y afrontarla subida hasta Alforja para volver por Les Borjes del Camp y Montbrió del Camp hasta Cambrils.

    Se trata de una ruta de unos 84 kilómetros, perfecta para rodar sin mayores pretensiones, con menos de 800 metros de desinel, pero conocer el gran entorno agrícola y de campo que rodea Cambrils, cruzando hasta 3 comarcas: el Alt Camp, el Baix Camp y el Tarragonès.

  • Ya lo mencionamos en nuestra publicación anterior y volvemos a insistir: la bicicleta también es para el invierno, y sobre todo en Cambrils, pero siempre sabiendo cómo disfrutarla de la mejor manera.

    Como mencionamos, es el momento ideal para elegir rutas más sencillas y menos exigentes, que nos mantengan en movimiento constantemente y eviten que perdamos calor. Por eso hemos abierto nuestro libro de rutas y seleccionado cuatro opciones con salida y llegada en Cambrils.

    Dos de ellas en MTB, una opción muy interesante ya que se trata de un ciclismo más resguardado, por bosques, y por tanto menos expuesto al frío que estos días acompaña nuestras salidas.

    Road: Hasta el Delta de l’Ebre

    Para recorrer el terreno llano, toma la bicicleta y pedalea con fuerza. Nuestra ruta se encuentra en la antigua carretera nacional (N-340), en dirección a l’Ametlla y El Perelló. Es una vía con poco tráfico, especialmente desde que se liberalizaron las autopistas, salvo en verano cuando hay más movimiento debido a los traslados entre campings. L’Ametlla está a unos 35 kilómetros de distancia, y el arcén es transitable. Si llegamos a El Perelló, estaremos en la entrada del Delta del Ebro, donde podremos recorrer la Ruta Natural del Delta, un lugar ideal para andar en bicicleta. Sin embargo, tal vez sea mejor evitarlo en verano debido al calor.

    Enlace a la ruta

    MTB: La ruta del aceite

    La ruta pasa por siete localidades productoras de aceite: Reus, Riudoms, Montbrió del Camp, Vilanova d’Escornalbou, Mont-roig del Camp, Cambrils y Vinyols i els Arcs. Es un itinerario circular que puede comenzar y terminar en cualquiera de estos pueblos. Transcurre por caminos llanos, adecuados para ciclistas de todos los niveles. A lo largo del recorrido, podrás disfrutar del paisaje agrícola de la zona, caracterizado por su ambiente rural, mediterráneo y apacible. Además de olivares, atravesarás huertos, avellanos y algarrobos, típicos del Baix Camp. Durante la ruta, también tendrás la oportunidad de visitar espacios relacionados con el aceite, como cooperativas, molinos, museos y centros de interpretación.

    Enlace a la ruta. 

    Road: Paisaje y patrimonio

    Ruta ideal para principiantes o para recuperar fuerzas tras un día intenso. Es un recorrido prácticamente plano hacia Tarragona, donde se toma la carretera N-340, pasando junto al Puente del Diablo, uno de los acueductos romanos mejor conservados y declarado Patrimonio de la Humanidad. Desde El Morell hasta Reus hay una leve subida que se acentúa al llegar a Les Borges del Camp, el punto más alto de la ruta. Desde allí, comienza un suave descenso hacia Cambrils, atravesando las localidades de Botarell y Montbrió del Camp.

    Enlace a la ruta.

    MTB: Hacia l’Hospitalet de l’Infant

    Es una ruta sencilla pero sorprendente. Comienza en Cambrils con un camino amplio hacia Hospitalet de l’Infant. Desde el Campo de Golf Bonmont, el terreno se vuelve más técnico, siguiendo una carretera paralela a la autopista AP-7. Cerca del final, un pequeño cartel señala el camino hacia la Ermita. El tramo final de un kilómetro es muy empinado. Después de recuperar el aliento, se regresa a Cambrils.

    Enlace a la ruta

  • El ciclismo se identifica con el verano, pero el invierno también está para pedalear.

    Eso de que las bicis son para el verano ya es historia, no hagáis caso. Hoy en día, el ciclismo no entiende de estaciones, y si te pica el gusanillo, dura todo el año. Tiene sentido, ¿no? Los inviernos ya no son tan duros como antes, hay más modalidades para elegir y el equipamiento actual te permite salir incluso en días que antes ni te lo planteabas.

    ¿Qué hacer en invierno si eres ciclista?

    Muchos aprovechan el invierno para variar: gimnasio, correr o caminar por la montaña., cosa muy recomendable.

    Pero si eres de los que no suelta la bici ni en pleno enero, hay cosas que puedes hacer para mejorar. Por ejemplo:

    • Ajusta tu postura. Invierte en un estudio biomecánico. Es el momento perfecto para afinar detalles como la cadencia o la posición.
    • Salidas más cortas y llanas. Nada de grandes subidas en pleno frío. Mejor rutas sencillas que te ayuden a trabajar la técnica y mantenerte activo. Además, evitarás sudar demasiado y luego congelarte en las bajadas.

    ¿Carretera o montaña?

    Si el día está frío y ventoso, quizá sea momento de probar la BTT. Menos velocidad, más resguardo ente bosques, y ¡sigue siendo ciclismo!. Eso sí, olvídate de salir temprano cuando hay niebla, heladas o temperaturas gélidas. El riesgo no compensa: manos congeladas, curvas resbaladizas… Mejor salir a media mañana, cuando el sol caliente lo que pueda.

    ¡Adiós a las barritas aburridas!

    En invierno, lo mejor es salir del tirón, sin paradas para café. Por eso, desayuna bien en casa. Y si estás harto de las barritas, prueba algo diferente: un trozo de turrón duro, frutos secos o dátiles. Con frío, no harás salidas tan largas, así que un buen desayuno es clave.

    Abrígate, pero con cabeza

    Hay tres zonas que necesitan extra protección: orejas, manos y pies. Si se enfrían, la experiencia puede ser un desastre. Usa guantes, gorros o bandas para las orejas y buenos cubrebotas. Y al volver a casa, no te olvides de estirar para evitar problemas musculares.

    ¿Vas a competir?

    Si tienes una carrera de ciclocross, calienta bien antes de empezar. Media hora de calentamiento y cremas mentoladas pueden marcar la diferencia. Llevar un bidón con té caliente tampoco es mala idea para combatir el frío.

    Ropa ideal según el frío

    Cambrils se identifica con esos inviernos mediterráneos, es decir más suaves en las horas centrales del día. En es caso usad ropa transpirable y capas que puedas quitar o poner según cambie la temperatura. Un chaleco siempre será un acierto, y no olvides una bandana o perneras.

    Otra cosa es que queráis tomar ruta montaña arriba, entonces valorad más capas.

    ¿Lluvia o nieve inesperadas?

    Lleva siempre un impermeable ligero como el por si las moscas, no ocupa espacio y te salvará de un apuro si empieza a llover. Para temperaturas más bajas, mejor chaquetas específicas como Envy, EXO o Armour.
    Para acabar…

    El invierno no tiene por qué ser un enemigo del ciclismo. Con las prendas adecuadas, buenos hábitos y algo de planificación, puedes disfrutar de tu bici los 365 días del año. ¡A pedalear se ha dicho! 🚴‍♂️

  • No muy lejos del entorno urbano de Cambrils, el Parc Samà es el último testigo de la población cuando los ciclistas salen hacia el interior. Su torre, asomada a la salida de una rotonda y su muro modernista atraen la mirada de los ciclistas que salen a descubrir las rutas de las montañas que se ven desde Cambrils.

    Se trata de un lugar de gran valor histórico, paisajístico y cultural que combina la belleza de la naturaleza con el romanticismo de la arquitectura del siglo XIX. Este emblemático parque es un claro ejemplo del movimiento romántico que influyó en la jardinería y la arquitectura de aquellos, siendo ahora un testimonio vivo de la historia y un atractivo turístico de gran relevancia en la región de la Costa Daurada.

    Una visión romántica del paisaje

    El Parc Samà fue concebido en 1881 por Salvador Samà i Torrents, marqués de Marianao, un aristócrata catalán que, tras pasar por Cuba, decidió construir un espacio que reflejara mundo que vio en ultramar.

    Para ello contó Josep Fontserè i Mestre, arquitecto catalán y mentor de Antoni Gaudí, quien era reconocido por su trabajo en espacios públicos como el Parc de la Ciutadella en Barcelona.

    El marqués deseaba crear un jardín romántico que evocara la nostalgia de Cuba y que, al mismo tiempo, sirviera como un refugio de paz y belleza para la nobleza catalana. Así nació este espacio único, que mezcla elementos botánicos exóticos, arquitectura neoclásica y rincones inspirados en los jardines coloniales.

    El Parc Samà, hoy

    Aunque en su origen, el Parc Samà fue un símbolo de estatus y un lugar de recreo para la alta sociedad, en la actualidad es un espacio para todos cuyos jardines fueron diseñados para ofrecer una experiencia sensorial, con senderos serpenteantes, estanques artificiales, cascadas, puentes y una gran variedad de especies botánicas exóticas traídas de América y Asia.

    Entre sus elementos arquitectónicos destacan esa Torre Mirador que se ve desde la ruta, el Palacio de estilo colonial y una gruta artificial, todos ellos pensados para sorprender y deleitar a los visitantes.

    Durante el siglo XX, el parque vivió un vaivén de incidencias, acuciadas por la Guerra Civil Española. Todo ello afectó a su conversación, sin embargo la belleza que emana en ellugar y su relevancia histórica impulsaron diversos proyectos de restauración, especialmente en las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI, con el objetivo de devolverle su antiguo esplendor.

    Así las cosas, el Parc Samà es actualmente un espacio abierto al público que combina turismo, educación y conservación medioambiental, siendo considerado un Jardín Histórico Artístico y forma parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cataluña.

    El parque alberga una rica biodiversidad, con un millar largo especies vegetales y una fauna que incluye pavos reales, ciervos, cisnes y aves exóticas, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza.

    Además, se ha convertido en un escenario popular para actividades culturales, conciertos, exposiciones y eventos privados, como bodas y sesiones fotográficas.

    Cuando vuestra ruta os conduzca hacia Montbrió del Camp, el Parc Samà seguro que reclamará vuestra mirada unos segundos, su singularidad bien lo merece.

  • Viaje a los colores de un otoño de ciclismo en Cambrils

    Días más cortos, luz plana y temperaturas suaves, el ciclismo en otoño significa sorpresa para el amante de la bicicleta, pues se encuentra paisajes en plena transformación que mudan de hoja y con ella de colores.

    En esos trayectos te invitamos a descubrir maravillas cercanas a Cambrils, que no necesariamente implican un gran estado de forma, pues a estas alturas de la temporada, mucha gente ya no quiere hacer muchos kilómetros y lo que pretende es disfrutar en la bicicleta.

    Ahí van tres sugerencias…

    En dirección del Delta de l´Ebre

    Paraje natural singular pero también un entorno perfecto para disfrutar de la bicicleta. Desde Cambrils al Delta de l´Ebre tenemos unos 71 kilómetros paralelos a la costa que podéis tomaros en varias etapas, pues varios municipios aparecen por el camino, municipios que pueden marcar el punto más lejano de la salida, antes de emprender la vuelta a Cambrils.

    En el camino atravesaréis pueblos plenamente marineros, integrados en el paisaje de la Costa Daurada. L´ Hospitalet de l´Infant es el primero en el kilómetro 15, luego viene L´ Atmella de Mar ya en el 35 siendo L´Ampolla el punto que marca el acceso al Delta de l´Ebre, en el kilómetro 51.

    El recorrido es por la antigua nacional 340 y recomendable hacerlo en los días que el viento no sople fuerte, porque en ese caso mejor tomar ruta al norte, hacia Tarragona y algún tramo hacia el interior a partir de Constantí.

    Una ruta circular hacia La Mussara

    Con una presencia imponente ya desde la misma línea de costa, la Mussara es sin duda un emplazamiento perfecto para estos días, saliendo a una buena hora de la mañana y volviendo para el almuerzo.

    El recorrido es de poco menos de 100 kilómetros y tiene su miga. De inicio empezarás a ganar metros antes de cruzar La Selva del Camp y afrontar la subida final hasta la Serra de La Mussara.

    Rozando los 1000 metros de altitud, la carretera te reserva unas vistas increíbles de toda la línea de costa, con Cambrils abajo, en una especie de altiplano que pasa por el antiguo recinto miliar de Castillejos. Los últimos 35 kilómetros son en descenso.

    El recorrido de las tres comarcas

    Desde Cambrils tienes la opción de tomar la carretera dirección Tarragona, cruzar la ciudad hasta La Secuita y afrontarla subida hasta Alforja para volver por Les Borjes del Camp y Montbrió del Camp hasta Cambrils.

    Se trata de una ruta de unos 84 kilómetros, perfecta para rodar sin mayores pretensiones, con menos de 800 metros de desinel, pero conocer el gran entorno agrícola y de campo que rodea Cambrils, cruzando hasta 3 comarcas: el Alt Camp, el Baix Camp y el Tarragonès.